sábado, 17 de diciembre de 2011

Justo homenaje a la distancia

  No conocí personalmente al doctor Carlos Khoury Solá, presidente de la Unión Argentina de Rugby (UAR) entre 1952-1956 y 1958-1960, pero leyendo sus Memorias presentadas en las asambleas anuales de la Unión Argentina, dejó mensajes relacionados con el mentado “espíritu del rugby” para su verdadera comprensión. Gracias a él, logré interpretar ese mensaje cifrado que comprende el espíritu del rugby, aun hoy incomprensible para muchos, de que está compuesto de permanente trabajo, sacrificio, solidaridad, docencia; de pintar la cancha, colocar los banderines, oficiar de linesman, responder a cualquier requerimiento, ser útil en todo momento, a las tareas necesarias, ayudar a entrenadores y sus colaboradores, lo que también incluye los entrenamientos para los partidos oficiales. Esto se asemeja a un juego de rompecabezas, para muchos, imposible de cumplir. Sin embargo, quien pasó por todos estos estamentos, sabe que “cumplió” con sus deberes, los contemplados en el espíritu del rugby. Y algo fundamental, enseñar a los chicos los secretos del juego, sus bases, sus principios, trasmitir a ellos nuestras experiencias de grandes, lo que también nos enriquece humana y espiritualmente a nosotros como maestros. El juego también nos sorprende por una particularidad: confrontar con rivales desconocidos pero que, luego al paso del tiempo, se produce el reencuentro por esas cosas de la vida con algunos de ellos y nos saludamos como grandes amigos, pese a que solo nos vimos y compartimos confrontando ocasionalmente. Gracias doctor Khoury Solá por sus generosos conceptos que de mucho sirvieron a quien, en este caso, lo recuerda con sincero agradecimiento. (Roberto G. Vitry, Salta, 14 noviembre 2011) De éstas Memorias solo tuve acceso a las de 1959 y 1960, que transcribiré para conocimiento de todos:
 
Lo que tú puedes pensar o soñar, puedes realizarlo. Comiénzalo”. (Cita de Goethe)
Es fácil ahora entender, que lo que el árbol tiene de florido, vive de lo que tiene sepultado”. (Año 1959)
El conocimiento del rugby y el espíritu del rugby, son inseparables. Éste contiene a aquél, como el mar contiene a la ola. Dijimos y hoy repetimos, que se pueden tener buenos conocimiento e incluso llegar a vestir la casaca internacional, sin que ello signifique que se ha asimilado el espíritu del rugby. En este caso diríamos, y permítasenos la expresión, que el jugador ha entrado en el rugby, pero que el rugby no ha entrado en él. Es decir, que no ha alcanzado el objetivo de su formación integral de rugbier.
El conocimiento o la técnica sirven tan solo para ejecutar nuestros músculos y nuestra mente, durante nuestra juventud, mientras que el espíritu nos impulsa y nos capacita para toda nuestra vida. Se deduce, entonces, que la misión del rugby no es solamente formar jugadores sino, ante todo y sobre todo, formar hombres. Es ensanchar nuestro horizonte. Por ello no resulta incongruente que un hombre que nunca haya pasado de la tercera división en su club, puede estar mucho más impregnado del espíritu del rugby, que otro que haya llegado a ser jugador internacional”. (Año 1960)
  El doctor Carlos Khoury Solá (foto) era médico de profesión y a su vez miembro activo del Automóvil Club Argentino. De la revista del ACA, precisamente, extraje esta semblanza biográfica de él: “Como consecuencia de una enfermedad de rápida evolución y desenlace, falleció en esta  capital el doctor Carlos Khoury Solá, antiguo socio de la institución y miembro titular de la Asamblea de Delegados desde el año 1967. Con su fallecimiento pierde el Automóvil Club Argentino a una figura apreciada con toda justicia por la colaboración desinteresada que prestó a la entidad y por la siempre bien dispuesta voluntad de apoyar y promover toda iniciativa que pudiera beneficiar a sus socios.
  “El doctor Khoury Solá era asimismo una personalidad de relieve en el ámbito científico de nuestro país. Fue profesor adjunto de Ortopedia y Traumatología de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Buenos Aires y se desempeñó como médico en los servicios de su especialidad en los hospitales Durand, Rawson, Francés, de esta capital, así como también en el Centro de Investigaciones Fisiopatológicas y Cirugía Experimental de la Facultad de Ciencias Médicas de Buenos Aires y el Instituto Dupuytren de esta ciudad, del cual fue fundador y director. En colaboración con el doctor Julio A. Pique publicó un libro sobre “Semiología y patología de la rodilla”. También tradujo importante bibliografía publicada en idioma inglés sobre los temas a que se había dedicado. El doctor Khoury Solá nació en Buenos Aires el 25 de septiembre de 1916. Dejó de existir a los 58 años en marzo de 1974 y sus restos fueron inhumados en forma privada en el cementerio de la Chacarita”.

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