domingo, 1 de enero de 2012

Duelos en Rugby


  El rugby de Salta también carga en sus alforjas antecedentes relacionados con duelos, los mismos que por siglos utilizaron los caballeros para dirimir cuestiones de honor, disputas amorosas, problemas familiares por herencias y muchas razones más; también el populacho, en los boliches, “faca a faca” dirimían sus diferencias por cuestiones de deudas, mujeres y otras diferencias propias del estado báquico. Nuestro querido y amado deporte también carga con una rica e interesante historia en cuestiones de “honor deportivo” -para darle lustre a esos desaciertos-, que nadie debe ignorar. El primero de estos sucesos ocurrió en 1955, año de la caída de Perón –previo bombardeo a la Casa Rosada en junio-, de la Revolución Libertadora en septiembre y las consecuencias que estos acontecimientos dejaron.
  Fue el domingo 31 de julio de 1955 cuando en la cancha del A.5 (Quinto de Artillería), disputaban un partido oficial los clubes Spaghetti y Gimnasia y Tiro. Dirigía el Escribano Aldo Melitón Bustos (desaparecido) -uno de los fundadores de Medellín R. C.-, y el mismo finalizó 8 a 8. El domingo 8 de agosto, una semana después y encontrándose Bustos en la cancha presenciando un partido, fue abordado por un dirigente de Gimnasia y Tiro y tras preguntarle si él había dirigido el partido Spaghetti-Gimnasia, procedió a retarlo a duelo. El redivivo caballero de la Edad Media, no era otro que Pedro Gilabert, español de nacimiento y peluquero de profesión, quien tenía su salón de atención al público en calle España al 400, entre Deán Funes y Zuviría, colindante con el restaurante “La Madrileña”, del españolísimo don Blas Giménez. A su vez y para echarle más pimienta al momento tan especial, Gilabert, a quien lo apodaban jocosamente “tijera maldita”, le espetó a Bustos “que por su hombría de bien -si la tenía- no le permitía eludir el compromiso inédito en este deporte llamado de “caballeros”. Duro golpe para aquellos que siempre abonaron el concepto de que los “gallegos” eran brutos. Pedrito los descolocó a todo con esa expresión de “deporte de caballeros”.
   Aldo Melitón Bustos, después desaparecido en época oscura de la subversión, fue acusado de parcialidad y por ello “había privado a Gimnasia de un merecido triunfo”. Como siempre sucede con estas cosas disparatadas, no pasó nada de nada. Las aguas se calmaron, aunque Gimnasia y Tiro solicitó a la Unión de Rugby del Valle de Lerma -entonces denominada así-, que no quería que “en los futuros compromisos oficiales los dirigiera un bombero”.
  Chanzas, risas, cargadas y muchas otras cosas más, propias de un ambiente donde todos se conocen, pusieron un manto de olvido al sonado duelo frustrado. Pedro Gilabert o “Tijera maldita”, con el tiempo emigró de vuelta a su querida “madre patria”, vale decir, la patria de él. Con el tiempo regresó de vacaciones, casado, pero aun soportando los embates de los memoriosos que recordaban el incidente. Recuerdo que alguien le dijo algo cierto: “Pedro Tijera” Gilabert, vos tenías que mandarle tus padrinos para que lo reten a Bustos en tu nombre. El caso estaba invalidado y quedaste pagando. ¿No sabías como es el estilo de los duelos?” En febrero del 2008 estuvo de nuevo entre nosotros y le recordé personalmente el incidente, respondiendo sonriente y sabiamente: “te acuerdas ¿qué tiempos aquellos, no?”

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