CAMPEONATO MUNDIAL DE RUGBY
1987
Los mejores no jugarán
La segregación racial eliminó del
Torneo a los Springboks de Sudáfrica
Roberto
G. Vitry, Salta domingo 10 de mayo de 1987 (Argentina)
Cuando el
viernes 22 de mayo de este mes las selecciones de Nueva Zelanda e Italia se
enfrenten en Auckland (Nueva Zelanda), el primer campeonato del mundo se habrá
puesto en marcha con 16 equipos en pos del máximo laurel, pero con un gran
ausente: Sudáfrica. En este siglo,
signado por las grandes y descomunales competencias, el rugby, un deporte tan
estilista como difícil y misterioso, no podía quedar al margen. Pese a su
espíritu auténticamente amateur, sus sólidas bases fueron socavadas por la
fuerza incontenible de los dólares y de ahora en más, esta ruda como ejemplar
disciplina, pasará a engrosar el libro de los récords como una manifestación
vulgar más, junto a los otros deportes que nacieron para eso. Pero pocos saben
que, implícitamente, el rugby siempre tuvo su propio y peculiar campeonato
mundial y que, a través de los años -entre el siglo pasado y el presente-, el
oficioso monarca fue Sudáfrica, con
su casi imbatible Springboks. Los
sudafricanos sin embargo, quedaron al margen de esta competencia mundialista
por su política de segregación racial, por todos conocidas. A causa de esto no
sólo el rugby quedó marginado de los escenarios mundiales, sino todos los
deportes que se practican en el país. Como homenaje al gran ausente, de esta
cita ecuménica de 16 países del orbe en Australia y Nueva Zelanda, digamos que
los Springboks (Sudáfrica) poseen notable superioridad en las estadísticas con
relación a las otras naciones y de allí su condición de campeón mundial
“moral”. Frente a los temibles All
Blacks (Nueva Zelanda) ganaron 23 veces, con 16 derrotas y dos empates. Con
el otro “cuco” de la actualidad, los famosos “Wallabies” (Australia) la diferencia es mayor (21 victorias y 7
derrotas) sucediendo los mismo con las restantes selecciones. Para Argentina el
nombre de Sudáfrica significa, lisa y llanamente, el del amigo que le permitió
incursionar en el concierto internacional. Nuestros famosos Pumas nacieron en Sudáfrica en la
recordada gira de 1965, donde la selección albiceleste no sólo recibió el
bautismo internacional, sino que dando muestras de su constante superación,
logró una victoria inolvidable sobre el Junior
Springboks, la segunda formación
nacional del país. Pero esa es otra historia. Para quien escribe esto, la
generosidad de los sudafricanos jamás debemos olvidarla, más teniendo en cuenta
el nivel por el cual siempre transitaron ellos. Y vinieron a buscarnos, siendo
nada nosotros, para llevarnos a su casa, mostrarnos y obsequiarnos lo que
poseían, generosamente.
El balón
entre las manos
Lo que ocurrió un lejano día del año 1823, los
historiadores muestran diferentes maneras y formas en relatar. Lo cierto es que
mientras en la escuela de las ciudad de Rugby,
(Inglaterra), se disputaba un soleado día una partido de fútbol uno de los
integrantes del partido, al parecer, no acertaba a darle correctamente con el
pie. Y William Webb Ellis, de quien
se trataba, no encontró mejor forma que asir la pelota con sus manos y correr
en dirección del arco contrario. Dicen que algunos rivales trataron de derribando,
arrojándose a los pies, sin conseguirlo. De esa forma William Webb Ellis, entró bajo los palos del arco del arco y dio
nacimiento al juego del rugby para nosotros y rugby fútbol para los ingleses,
para diferenciarlo del fútbol asociado (o el común).
El hecho
ocurrió en los verdes prados de la Escuela Pública de la ciudad de Rugby, donde
una placa con la siguiente leyenda recuerda el histórico hecho:
“Esta lápida conmemora la proeza de William
Webb Ellis, quien con su magnífico desprecio de las reglas del fútbol tal como
se jugaba en su tiempo, fue el primero en tomar el balón se un sus brazos y en
llevárselo corriendo, con los que creó el carácter definitivo del juego del
rugby, años 1923”.
William Webb Ellis jamás llegó a saber que había
producido una verdadera revolución en el mundo de los deportes legando a su
país, Inglaterra, una de las instituciones más famosas. Ellis entró
posteriormente en un convento donde fue ordenado sacerdote, terminando sus días
en la ciudad francesa de Menton. “Allí,
en lo alto de un viejo cementerio, fue enterrado junto a una legión de
olvidados príncipes rusos”, aunque jamás supo lo que había producido con su
desaprensiva iniciativa”.
Pero el
accionar una pelota con las manos no es propio del siglo pasado, sino que tiene
raíces grecolatinas, siendo el harpastum
el antepasado del rugby moderno y la soule
en este milenio, el más inmediato. Pero las formas de estos juegos deben ser
consideradas en otras notas por la belleza de sus historias.
Por otro
lado existen evidencias de que el juego de la pelota con las manos (tal como
aconteció con Ellis en Rugby) se practicaba en ambas márgenes del Canal de la
Mancha. Dicen que “múltiples condiciones
favorables hicieron de la escuela de Rugby no solamente la promotora de un
juego, sino la creadora de un método moderno de educación. Método de tal
importancia era este que, con el correr de los años, convertiría a Inglaterra
en hogar de todos los deportes, durante el siglo XlX”. El colegio de la
ciudad de Rugby por otra parte fue fundado en 1567 por Lawrence Sheriff, que amasó una enorme fortuna con el comercio de
especies. La voluntad del fundador, de que los estudiantes dispusieran de
amplios y adecuados espacios para sus diversiones llevó a sus sucesores a
adquirir otros terrenos más extensos. Pese a quedar el predio actualmente
rodeado de viviendas, posee un campo de cricket, una piscina, numerosas canchas
de tenis y… “17 canchas de rugby”.
Desde 1823 el “fútbol de
rugby” comenzó
a diferenciarse del “otro fútbol”, el común. En 1841 siendo capitán del equipo
el escritor Thomas Hughes, fue reconocido oficialmente el derecho de correr con
el balón en las manos. Cinco años más tarde, el 7 de septiembre de 1846, una
asamblea de alumnos dictó unas “Reglas
de fútbol que se juega en la escuela de Rugby y siete reglas, las primeras
escritas”. D esa forma y oficialmente, el rugby dictó primero sus reglas
que el fútbol. Pero rugby y fútbol, o fútbol y rugby, tienen un origen común y
de ninguna forma uno puede ignorar al otro. Es cierto que el fútbol logró una
popularidad tremenda, en desmedro del rugby, que permaneció aislado en razón de
sus características especiales.
El rugby
fue evolucionando y las reglas mejorando constantemente. De esa forma fueron
eliminándose ciertos aspectos nocivos que lo tornaban peligroso en extremo. Se
prohibió en puntapié y la zancadilla (permitida entonces en el fútbol), pero se
mantuvo inquebrantable el “tackle” una de las características fundamentales del
rugby, que permite derribar al rival siempre y cuando éste lleve la pelota en
su poder.
Sin
embargo, lo prohibido oficialmente era proclamado extraoficialmente por los
jugadores como una necesidad imperiosa de no olvidar los duros límites de
antaño, pero reflotados por un pacto de caballeros. En efecto, los equipos de
común acuerdo, pactaban finalizar los partidos con unos “aleluyas”. La
“aleluya” consistía en jugar los últimos cinco minutos con una verdadera zona
franca, donde quedaba permitida la libre distribución de golpes y zancadillas
por doquier.
Porqué la
pelota es ovalada
Los balones nunca tuvieron una forma definida en
la antigüedad. Se trataba de simples envoltorios de pajas, salvado, papel o
trapos. Luego llegó el turno de la vejiga de cerdo infladas, que a la postre
resultaban demasiado frágiles para la fogosidad para la fogosidad de los
protagonistas. Hábiles artesanos introdujeron con el tiempo las vejigas de
marras en envolturas de cuero. Se tomaba una vejiga fresca, ser la introducía
en el cuero preparado y luego de ser inflada convenientemente, se dejaba secar
colgada. William Gilbert, fue un zapatero de Rugby que comenzó a
fabricar excelentes balones. Como0 la naturaleza hizo ovoide la vejiga de los
cerdos, Gilbert confeccionaba los balones en forma oval, aunque “más abultados de los que se usan
actualmente”. Gilbert fabricaba sus pelotas en 1850 (en 1851 recibió un
premio en la Gran Exposición de Londres), pero en 1870 apareció Richard Lindon con una innovación: la primera vejiga de caucho. La invención
de Lindon, por cierto, fue oval. Mientras tanto, los adictos al fútbol
decidieron usar una pelota redonda para diferenciarse de la de rugby.
El número
de jugadores no estaba definido tampoco y en 1871 Escocia e Inglaterra
alinearon a 20 hombres. Ganó Escocia. Desde 1875 se alinean 15 jugadores. En
1886 la International Board, por mandato de Escocia, Irlanda y Gales, con la
abstención de Inglaterra, que recién
se incorporó al Consejo Internacional en 1891. La International Board (formada
actualmente por Escocia, Gales, Irlanda, Inglaterra, Sudáfrica, Nueva Zelanda,
Australia y Francia que tienen voz y voto) es el órgano rector del rugby en el
mundo y quien dicta las reglas. Feudo súper conservador, sólo admitió a
Sudáfrica, Nueva Zelanda y Australia en 1949 y a Francia en 1961, en su seno,
pese a la incuestionable superioridad deportiva de estos últimos países sobre
los británicos. Pero evidentemente, no se trata de ganar partidos a la hora de
la verdad, sino a la peculiar idiosincrasia de los británicos. Argentina fue
admitida hace poco como adherente a la Board.
Modelador
del carácter en los jóvenes, educa a éstos para las tomas de decisiones, los
autodisciplina y los dota de un espíritu caballeresco, velando siempre por las
formas originales del juego, pero a la vez efectuando las modificaciones
encaminadas a disminuir la rudeza del mismo. A través de los años se logró que
el juego se tornase más dinámico y ágil, requiriendo a su vez de quienes lo
practican, una mayor preparación física.
Entrenadores de las viejas escuelas sentaron la premisa de sus sólidos
principios -que se trasmiten aún hoy de generación en generación, aunque
parcialmente- que establece claramente que los entrenamientos deben ser tan
duros y fuertes, que los partidos deben ser una liberación o bendición. Es una
de las propuestas básicas del rugby, deporte que no admite por sus
características a los displicentes y tibios. Es una disciplina educadora por
antonomasia, formadora de clase dirigente de alto nivel por excelencia, y que
brinda a quienes se adentran en su práctica -en relación a otros deportes- una
superioridad intelectual incuestionable.
Henry García, francés, proclamaba sin
ambages que “el rugby es el “rey de los deportes” porque de cuantos juegos
colectivos practica el hombre moderno es el único que se mantiene exigente en
cuanto a todas las calidades físicas y virtudes morales de nuestra especie.
Esta particularidad la debe el rugby al hecho de haber sabido conservar la
antigua virilidad a pesar del desarrollo del cientifismo deportivo moderno. Al
dar cabida tanto a fuerzas atléticas y morales como la seguridad de la técnica
-manteniendo así el aspecto natural del juego- el rugby se ha convertido en el
único deporte que permite alcanzar cimas sin necesidad de encarnizada
preparación que resulta indispensable en otros juegos. Pero al mismo tiempo
permanece desconcertante y misterioso, hasta impenetrable para quienes, ajenos
a su espíritu, no saben comprender el hechizo que emana de su culto. El rugby
es, ante todo, un estado del alma, precisamente por esas características
naturales y secretas. Se es rugbyman como se es cristiano: lo primordial es
tener fe. Por ello hay que dejarse conquistar previamente por ese ovalado
artefacto, cuya primera característica es la que no obedece a las leyes físicas
de los cuerpos esféricos.
“Es y debe seguir siendo el rugby un deporte
minoritario, un deporte de escogido en los físico, en los espiritual y en lo
moral. Todos los valores atléticos encuentran en él su justificación: la talla,
la fuerza, la velocidad, el relajamiento, la destreza, etcétera. Es además un
juego de equipo por excelencia, busca, en consecuencia, la investigación
táctica y ofrece por ellos un campo inmenso de ejercitamiento de la
inteligencia. Por otra parte mantiene la peculiaridad de ser la única práctica
deportiva que permite -y hasta recomienda- el “tackle” al adversario, lo cual
no deja de constituir una maravillosa preparación para la vida. Pero entre la
virilidad y la violencia, entre la lealtad y la felonía, existe una frontera
que puede trasponerse en una fracción de segundo: la de la intención.
“En el
rugby el hombre, por sí solo, no es nadie; la personalidad es la del equipo; la
personalidad es la del equipo. El más grande de los campeones no puede cambiar
aislado el curso del destino. La hazaña individual constituye con frecuencia
una falta: esta es la grandeza del rugby. Es también el más educativo de todos
los juegos. Revela con una eficacia incomparable tanto las fuerzas como las debilidades
morales. Su práctica constituye para cualquier hombre un examen de consciencia
personal y en la función del puesto que ocupe en esa sociedad de escala
reducida que es un equipo de rugby. Se aprende a conocer el valor real del
éxito, nacido muchas veces en las más oscuras de las “melées” (scrum);; se
aprende también a buscar la causa de los fracasos, debidos tantas veces a la
manifestación de las individuales más brillantes”.
Poner las
cosas en su lugar
El primer
campeonato mundial de rugby pondrá las cosas en su lugar con una clasificación
que, a priori, tiene dos candidatos lógicos: Nueva Zelanda y Australia.
Los All Blacks (Nueva Zelanda)
cuentan con el hándicap de ser locales y ello, a la hora de la verdad, pesa
enormemente.
Muchas
veces se habló de los >Pumas argentinos; se dijo que era una de las mayores
potencias después de Nueva Zelanda, Australia y Francia. No nos debemos engañar
por algunos triunfos frente a poderosos equipos, especialmente lo ocurrido en
esta década, donde el triunfalismo propio de los argentinos de Buenos Aires
obró milagros en… los papeles.
Argentina, con sus Pumas, podrá demostrar ahora que 20 años de intensa
actividad internacional le permitió lograr, al menos, que sea tenida en cuenta
a la hora de la convocatoria mundialista.
Argentina
debutará el 24 de mayo (1987) frente a Fiji,
para cotejar el 28 con Italia, y el
1 de junio ante el dueño de, Nueva
Zelanda. Debe ganar, por lógica, a Fiji e Italia y sucumbir ante Nueva
Zelanda. Quedando segundo en la zona 3, en la ronda siguiente cotejará con el
primero de la zona 4 que se prevé debe terminar con Francia y Escocia en los
dos primeros lugares. En consecuencia, el rival sería Francia. Curiosamente los dos rivales que le tocó enfrentar en
Buenos Aires en los últimos años. El mundial comenzará el 22 de mayo con el
cotejo Nueva Zelanda-Italia y culminará el 20 de junio en Auckland. Argentina viajará mañana en
el vuelo transpolar de Aerolíneas Argentinas y será, en consecuencia, el primer
país en arribar a la sede neocelandesa. Australia jugará la zona con
Inglaterra, Japón y Estados Unidos, en su país. En Australia igualmente está
prevista la disputa de las dos semifinales: en Sydney el 13 y en Brisbane el
14 de junio. Fiesta mundial de rugby, pero con un gran ausente: Sudáfrica.
(Fuente:
Nueva Zelanda el primer campeón del mundo
BUENOS AIRES - El año 1987
fue el del nacimiento de la primera competencia a nivel mundial de rugby. Esa
primera Copa del Mundo quedaba registrada en la historia luego de 164 años el
deporte que más tardó en armar una competencia mundial - ya que su creación
data de 1823. La International Rugby Board determinó que siete países
participaran en forma directa (Nueva Zelanda, Australia, Inglaterra, Escocia,
Gales, Irlanda y Francia) y los otros nueve países que completaban las cuatro
zonas de cuatro selecciones fueron invitados. Ellos eran Los Pumas (Argentina),
Italia, Canadá, Rumania, Tonga, Japón, Zimbawe y Estados Unidos.
AP
Kirk anota un try de los All Blacks
contra Fiji
El Mundial tuvo como sedes a Australia y
Nueva Zelanda y el 22 de mayo dio comienzo con el partido entre el local Nueva
Zelanda e Italia en el estadio Eden Park de Auckland, partido en que los All
Blacks ganaron en forma categórica por 70-6 y en el que se empezaron a ver a
algunas de las figuras de esta la competencia.
John Kirwan fue la
estrella en ese partido inaugural al apoyar el mejor try del torneo, luego de
una corrida de toda la cancha en la que dejó en el camino a más de doce
jugadores rivales, pero también Michael Jones, Grant Fox y Oscar Codollo
tuvieron lo suyo; porque anotaron el primer try, la primera conversión y el
primer penal de la historia de los mundiales.
LAS FIGURAS
Ya que hablamos de
figuras, los mejores jugadores del campeón fueron Michael Jones, John Kirwan,
el apertura y goleador del torneo Grant Fox con 126 puntos y Wayne Shelford; y
por manejo y conducción el recordado medio-scrum y capitán David Kirk (que tuvo
el privilegio de levantar la primera copa del mundo y la única hasta el momento
de los All Blacks).
Además se destacó el apertura australiano
Michael Lynagh, quien resultó el segundo anotador del mundial. Por último, hay
que mencionar el trabajo del apertura francés Didier Camberabero quien
consiguió apoyar cuatro tries en sus cinco presentaciones.
LA SORPRESA Y LA
DECEPCION
Fiji fue uno de los que no figuraban en los planes para
lograr la clasificación a los cuartos de final; y justamente en el debut ante
Los Pumas fue dónde logró el triunfo que le permitió llegar a esa instancia.
Justamente Argentina, por historia y por la calidad de figuras que integraron
esa delegación (incluyendo a Hugo Porta) fue una de las decepciones, ya que
sólo pudo derrotar a Italia y no logró la clasificación al perder con el
campeón en la última fecha de la fase clasificatoria.
EL MEJOR PARTIDO
Sin lugar a dudas fue el que
jugaron por una de las semifinales Australia y Francia. Se encontraron en
Sydney y los franceses dieron una de las grandes sorpresas del torneo. En un
partido que cambió de dueño en varias ocasiones, los galos ganaron por 30 a 24.
Y fue otra de las grandes estrellas que tuvo ese mundial, el wing Serge Blanco,
con un try sobre el final del match el que le dio la victoria al equipo
francés, en un partido que es considerado por muchos como uno de los mejores de
la historia.
MÁS DATOS CURIOSOS
En la otra semifinal, se
dio la primera expulsión en un mundial. El galés Huw Richards fue quien recibió
dicha sanción en la fácil derrota de su equipo ante Nueva Zelanda por 49-6.
También habrá que recordar que el entrenador
del equipo campeón, Nueva Zelanda, que derrotó en la final a Francia por 29-9,
fue Alex Wyllie, quien en 1999 llevó
a Los Pumas a los cuartos de final, en su mejor ubicación en la historia de los
mundiales. (Fuente:
ESPNdeportes.com, actualizado 28-08-2007)